Pequeñas Acciones, Grandes Resultados

Tiempo de Lectura: 9 minutos

¿Alguna vez te sentiste abrumada o saturado por una tarea que parecía muy grande?

Sin duda yo también.

Varias veces.

Por día.

Por eso hoy quiero contarte una historia que me inspiró mucho cuando la leí por primera vez.

Así que, sin más preámbulos, comenzamos:

La Historia de la Niña y las Estrellas de Mar

Durante una fresca mañana de Marzo, un hombre caminaba por la playa.

A lo lejos, vio a una niña que se agachaba, recogía algo de la arena y lo arrojaba al mar. La niña repetía esta acción una y otra vez.

Intrigado, el hombre se acercó para ver bien qué estaba haciendo.

Cuando estuvo frente a ella, notó que lo que la niña levantaba eran estrellas de mar. Habían quedado varadas en la orilla de la playa, y la niña las estaba devolviendo una por una al océano.

Eran cientos de estrellas las que habían quedado atrapadas en la costa, y para el hombre, la situación era absurda.

Sin pensarlo, le preguntó:

— Niña, ¿qué estás haciendo?

— Estoy regresando estas estrellas de mar al océano. -respondió la niña sin mirarlo.

— Sí, ya me di cuenta… ¿pero por qué estás haciendo eso?

— Porque si no vuelven rápido al agua, se van a morir en la arena.

— Lo entiendo, pero son cientos, si no es que miles de estrellas de mar…

— Sí.

— Y eso solo en esta playa! Probablemente hay muchas más en otras.

— Probablemente —respondió la niña sin detenerse de su tarea.

— ¿De verdad creés que este esfuerzo puede hacer alguna diferencia?

La niña se detuvo un segundo.

Luego se agachó, tomó otra estrella de mar, y la arrojó al océano. Miró al hombre y le dijo:

— Bueno, hizo la diferencia para esa, ¿no?

Inspirado por la acción de la niña, el hombre se arremangó los pantalones y comenzó a ayudarla.

Otras personas que paseaban por la playa esa mañana, al ver al hombre y a la niña, se unieron a la tarea. Así un grupo cada vez más grande de personas comenzó a devolver las estrellas de mar al agua, una por una.

Al cabo de una hora, todas las estrellas de mar habían vuelto al océano.

El Principio del Kaizen

Lo que la nena estaba practicando, posiblemente sin saberlo, era el Kaizen.

El Kaizén es una filosofía japonesa que se basa en la Mejora Continua. Es la idea de que las pequeñas mejoras, repetidas en el tiempo, generan grandes resultados. Y es tan aplicable al mundo empresarial como al desarrollo u organización personal.

La tarea que parecía colosal para el hombre, resultaba posible para la niña.

A veces, nos paralizamos viendo el tamaño del problema. Pensamos que es imposible cambiar X situación. Nos olvidamos que cada paso, por chiquito que sea, nos puede acercar a ese objetivo final, pero estamos tan enfocados en el resultado que nos paralizamos.

Solo tenemos que dar ese primer paso, y luego dar el siguiente.

Esta es la diferencia de enfocarse en el proceso, en lugar del resultado.

De hecho, uno de los trucos más importantes es aprender ver cada uno de esos pasos como un resultado en sí mismo. Eso es justamente lo que la niña sentía con cada estrella que era devuelta al agua. No pensaba en todas las estrellas que le faltaban, sino que se alegraba por la estrella que acababa de salvar, y eso la inspiraba a salvar la siguiente.

Había entrado en un círculo virtuoso de paciencia y consistencia.

Un poco de Historia

Hay muchísimas historias de kaizen, pero quiero compartirte una que me encantó.

En su libro sobre Kaizen, Un Pequeño Paso, Robert Maurer comparte la historia de Toyota, y de cómo pasó a estar al borde de la quiebra a brillar en la industria automotriz.

Después de la Segunda Guerra Mundial, Japón estaba en una situación crítica (digamos, en la B).

Se enfrentaba a una crisis económica devastadora. Las fábricas estaban destruidas y las empresas luchaban por sobrevivir. Toyota estaba al borde de la quiebra y los gigantes estadounidenses (Ford y General Motors) lideraban el mercado.

En ese contexto Toyota implementó el Kaizén.

En lugar de grandes cambios, Toyota apostó a las mejoras pequeñas y graduales.

¿Y lo mejor de todo? la filosofía abarcó a cada uno de los empleados.

Cada trabajador, desde la línea de producción hasta los altos directivos, podían identificar problemas y sugerir pequeñas mejoras. Así fue que los empleados se coparon y comenzaron a compartir ideas y sugerencias.

Puro kaizén!

Esto le permitió a Toyota:

• Incrementar su calidad 🚘️ 

  Al centrarse en la mejora continua, los vehículos de Toyota eran cada vez más confiables y duraderos. Y así comenzaron a posicionarse en la mente de los consumidores.
  

• Reducir sus costos 💰️ 

  Al centrarse en minimizar los errores, la empresa redujo muchísimo los costos. El sueño de toda empresa.
  

• Generar un personal con la camiseta puesta 🫡 

  Como cualquier empleado podía proponer mejoras, se fomentó una cultura de lealtad y motivación en toda la empresa. En otras palabras: ¡se pusieron la casaca!

Al cabo de unos años, Toyota se había convertido en una empresa líder en la industria.

Chiquito & Constante: Kaizén en la vida personal

Para aplicar el kaizén en tu vida no necesitás hacer grandes cambios de golpe.

Mas bien todo lo contrario: tenés que comenzar con pasos tan chiquitos que hasta te parezcan ridículos. La clave está en que sean tan fáciles de hacer que no tengas excusa para no hacerlos. En eso consiste el kaizén.

Te voy a dar algunos ejemplos:

1) “Este año me gustaría leer más” 📖 

• Ok. En lugar de enfocarte en leer X cantidad de libros al mes, comenzá leyendo una sola página cada noche (o cada mañana).

  👉️ Que sea tan fácil, que no puedas decir que no.

2) “Este año quiero adoptar un estilo de vida saludable” 🏃 

• Ok. En lugar de intentar ir al gimnasio una hora por día, arrancá con una caminata diaria de 10 minutos, o 10 flexiones de brazos, o 10 sentadillas.

  ¿10 es mucho para vos? Que sean 3.

  👉️ Tan accesible que no tengas forma de resistirte.

3) “Este año quiero mejorar mis relaciones” 🫂 

• Ok. En lugar de esperar fechas especiales para conectar con tu pareja, familia o amigos, comenzá mandando un mensajito semanal a alguien que querés. Nunca sabés qué tanto podés alegrar el día de otra persona.

  👉️ Tan simple que resulte más difícil no hacerlo.

Por Qué ‘Empezar Chiquito’ Es La Que Va

Quizás estas microacciones te parezcan ridículas, incluso absurdas.

¡Pero esa es justamente la idea! Cuando repetís una pequeñísima acción durante un tiempo, se convierte naturalmente en parte de tu rutina, o dicho de otra manera, en un hábito. Y una vez que esto sucede, podés ir aumentando la cantidad o alcance poco a poco.

Esa es la magia del Kaizén.

PD1: Siempre consideré que la música, además de ser un arte, puede ser una herramienta funcional.
Hoy te comparto este discazo que yo uso para entrenar y hacer ejercicio. Motivación de locos sonidos.

¿Y vos, tenés alguno que uses para el mismo fin?
¡Compartímelo antes de que me gaste ese! 🙏 

PD2: Salió la segunda temporada de esta serie que alguna vez recomendé en este Newsletter. Ver gente trabajando en una oficina nunca fue tan agobiante, absurdo y divertido al mismo tiempo.

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