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  • Cuando no querés hacer nada... es cuando más necesitás hacer algo.

Cuando no querés hacer nada... es cuando más necesitás hacer algo.

Porque si esperás a tener ganas, capaz esperás toda la vida.

Tiempo de Lectura: 8 minutos

Hoy me sentí una mi3rda.

Me desperté tarde, pospuse la alarma y me juzgué al instante por desperdiciar esta hermosa mañana. Afuera, el sol de otoño brillaba.

Adentro, yo estaba nublado 😶‍🌫️

Sumado a esa frustración, llegó una sensación de incongruencia total.

Y es que justamente hoy tenía planeado escribirte sobre nada más ni nada menos que…
la claridad.

Vaya contradicción, no?

Pero bueno, acá estoy, escribiendo de todas formas. 

No porque me sienta inspirado (te lo juro, hoy no). Sino porque necesito hacerlo para recuperarme, para cambiar este estado de frustración.

Y de hecho, ya lo estoy cambiando.

Ese es el sutil poder de hacer lo que sabés que tenés que hacer, incluso cuando no tenés ganas.

Porque si tuviera que esperar a tener ganas de escribirte este correo, quizás no lo escriba nunca.

El Bucle de la Motivación

Solemos caer en la trampa de pensar que la motivación es necesaria para la acción.

Que primero tenemos que tener “todo claro” para recién movernos. Que si seguimos pensando en eso, eventualmente juntaremos las ganas necesarias para hacer lo que tenemos que hacer. Pero lo opuesto es lo cierto:

La motivación es el resultado de la acción.

Y lo mismo pasa con la claridad. No se encuentra por arte de magia. Se construye. Se practica. Se gana en movimiento.

Ese movimiento puede regalarnos un poco de perspectiva.

A veces, basta con cambiar el lente. Mirar las mismas cosas desde otro lugar. Por eso aprovecho este estado para compartirte algunas ideas que me ayudan cuando me siento así: frustrado, trabado, nublado.

Estas son tres de mis favoritas:

1. Una caminata puede despejarte más que mil pensamientos

¿Uno de los mejores antídotos para la nebulosa mental?

Salir a dar una vuelta. 🚶

Una caminata consciente (con el teléfono en el bolsillo, no en la mano) es uno de esos hábitos clave que transforman el resto. Nutre el cuerpo, la mente y el espíritu. Y quién sabe, hasta te ayuda a resolver algún problema en el camino.

Algunos beneficios de una buena caminata:

  • Movés el cuerpo 🚶

    Oxigenás tu cerebro, y otra serie de efectos cascada positivos en todo tu cuerpo.

  • Estimulás tu creatividad

    Ya lo dijo Nietzsche: “Las grandes ideas se conciben caminando”

  • Te exponés a la luz solar 🌞 

    Absorbés un poco de Vitamina D, al mismo tiempo que te das una pausa de tanta pantalla y luz azul.

  • Te desapegás y liberás 🙂‍↔️

    De los pensamientos en bucle y te aterrizás en el presente (es como una meditación en movimiento).

Hay que pasear a pleno campo para que, a cielo abierto y al aire libre, el espíritu se agrande y se eleve.

Seneca

Eso sí: prestá atención hacia dónde apuntás tu mirada!

Si vas mirando para abajo (como yo de adolescente con mis auriculares) es muy posible que te cuelgues en pensamientos. Según la PNL, la mirada hacia abajo activa el diálogo interno y la introspección.

Te enfrascás en tu mente.

En cambio si levantás la mirada, podés conectar con tu entorno (observar la gente, árboles, edificios), incluso ver algo que nunca habías visto.

Conectás con tu entorno.

Llevar tu atención al input que tus cinco sentidos te están brindando constantemente, puede mejorar radicalmente tu caminata. Probalo en tu próximo paseo!

2. Usá el cuerpo como puerta de salida

“No podés resolver un problema desde el mismo nivel de consciencia que lo creaste.”

Con lo que se refería Einstein cuando dijo eso, es que no podés resolver problemas pensando de la misma forma que cuando los creaste. Si el problema es mental, entonces la solución tiene que venir de otro nivel (y viceversa).

Algunos ejemplos:

  • Estás de mal humor (emocional), pero vas a hacer ejercicio (físico) y volvés renovada/o.

  • Te sentís con fiebre (físico), así que visitás un doctor (mental) y te da indicaciones/remedios para aliviar la molestia.

  • Tenés un bloqueo creativo (mental), entonces ordenás tu casa, te das una ducha o cocinás algo rico (físico) y las ideas empiezan a fluir.

  • No podés dormir por ansiedad (mental), así que hacés ejercicios de respiración (físico) y lográs calmarte.

El punto es:
Cuando te sentís atascado mentalmente (sin motivación o claridad) la solución puede estar en hacer algo físico que te saque de ese estado.

Y en esos casos, el ejercicio es la clave.

A mi “me gusta” ir al gym (o si estoy muy en una, correr y transpirar). Termino físicamente agotado, sí, pero mentalmente renovado. Con una claridad que parecía imposible hace una hora.

Hay algo casi mágico en cómo el movimiento físico destraba la mente.

3. Escribilo y/o conversálo (dos formas de desenredar el nudo)

Sí, ya sé… lo estoy repitiendo mucho en los últimos newsletters… pero es que es tremendo!

Escribir te ordena la mente.

Sin ir más lejos, antes de empezar este texto, me hice una mini sesión de escritura libre de 5 minutos. No solo fue clave para entrar en calor, sino también para sacar lo que estorbaba.

Dato: Para este ejercicio, hay una web muy divertida que se llama The Most Dangerous Writing App en la que si dejás de tipear por 30 segundos, se te borra todo el texto.

No podés parar…

Esta pequeña práctica te obliga a escribir sin parar — hasta cumplir el tiempo establecido.

Lo más loco es que, sin darte cuenta, terminás escribiendo lo que realmente necesitabas decir. Sin pensar. Sin filtro.

Solo la verdad.

Si no hubiera hecho eso, no podría estar escribiéndote esto.

Seguiría frustrado y de mal humor por no haber visto el amanecer (tal como lo había planeado). En cambio, escribí durante unos minutos de corrido, sacando toda la basura y frustración fuera de mi, hasta que empecé a sentirme más liviano… con más claridad.

Esa es la magia de la escritura.

Pero claro, escribirlo no es la única manera!

A veces, todo lo que necesitás es alguien que te escuche y te ayude a ver lo que vos no estás viendo.

Y eso es de hecho lo que estoy ofreciendo con mi nuevo servicio el Sprint de Claridad.

No es una mentoría larga ni un curso teórico.

Es una conversación real y concreta. Sirve para bajar a tierra lo que tenés en la cabeza y ordenarlo con perspectiva. A veces con una pregunta clave, a veces con una idea inesperada, y otras, simplemente con una mirada externa refrescante.

Una hora y algo que puede destrabar semanas de ruido mental.

Si estás en un momento de transición con tu proyecto, tu marca… o incluso con tus ideas, respondeme la palabra “SPRINT” y te envío más info.

#buenacosa

Quizás sea justo lo que necesitás para reconectar con lo que de verdad importa.

La claridad no siempre llega con respuestas.

A veces llega cuando al fin te animás a hacer algo, cuando activás el movimiento, aunque no tengas ganas. Hoy yo no quería escribir. Pero hacerlo (sin ganas) fue lo único que me devolvió un poco de mí.

Y qué bueno que lo hice.

Gracias por leer.

Nacho

Prompt de la Semana

¿Qué podrías hacer hoy que, aunque no tengas ganas, te devuelva un poco de vos?

Solo vos sabés la respuesta

Álbum Sugerido

Amable e inofensivo sonido indie pop:

Recursos Versátiles:

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🍿 PD1:
Esta semana vi esta película divertida con buena dosis de humor inglés. Liviana pero intrigante, buenas actuaciones y grandes personajes. No sabía que Orlando Bloom podía ser tan gracioso.

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Nacho
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